El papel educativo de la escuela
La importancia de la educación para cambiar el mundo
La escuela, como institución y lugar común de toda la comunidad educativa debe ser un espacio y un tiempo común, planificado y diseñado por y para todos, y por tanto es necesario destinar una amplia reflexión antes de poner en marcha cualquier proyecto educativo.
En el momento educativo y cultural en el que nos encontramos, ante un mundo tan complejo, líquido y falto de referentes y referencias como el contemporáneo, creemos importante comenzar la construcción de el Proyecto educativo de nuestra escuela desde la reflexión y redefinición del papel de que la educación escolar debe llevar a cabo ante esta realidad. yh repensar la función clásica de mera transmisora de contenidos que ha tenido en siglos pasados para avanzar hacia un papel de proveedora de herramientas y competencias que facilite y potencie que los niños y niñas sean capaces de construir su propio conocimiento y mejorar el contexto en el que nos encontramos.
Por ello, entendemos nuestra escuela como un espacio que potencia y ayuda a todas las niñas y todos los niños a ser protagonistas activos de su propio crecimiento, a través de la interacción con esta realidad, sabiendo imaginar de forma creativa diversas posibilidades de transformación y mejora del mundo en el que vivimos.
Un espacio y un tiempo educativo y cultural en el que no sólo se aprenden conceptos, herramientas técnicas y códigos, sino que se da sentido a esos conocimientos para utilizarlos como herramientas de aprendizaje para interactuar con (y mejorar) la sociedad de la que forman parte, interactuar con la vida real y dar respuesta a lo que les espera más allá de las paredes de la escuela.
De esta forma, a través de las propuestas que fomenten aprendizajes significativos, los niños y niñas podrán crear, imaginar, pensar y llegar a tener estrategias para afrontar posibles problemas que les surjan relacionados con el conocimiento, siendo competentes y capaces de buscar los recursos necesarios y los contenidos que deben adquirir para solucionar, de forma creativa, estos problemas, aportando así, soluciones reales y contextualizadas a sus necesidades.
Esa importancia al aprender de, para y con los otros, se plasma en la visión socioconstructivista del aprendizaje que impregna nuestra propuesta.
Este paradigma nos permite dar importancia a la idea de niño de la que partimos y en la manera en la que se dan los aprendizajes, desarrollando el currículo educativo a través de propuestas que potencien y motiven a los pequeños/as a seguir avanzando y creciendo en todos los sentidos, “socioconstruyendo” teorías sobre la realidad y el mundo en continua evolución, que servirán de andamiaje (scaffolding) para construir su propio conocimiento dentro de los contextos y escenarios en los que viven y conviven diariamente.
Los comienzos de nuestra escuela, y ante una falta de infraestructura que albergara nuestras aulas, han hecho que afirmemos rotundamente que quienes hacemos posible la idea de escuela somos la propia comunidad educativa, creando una propuesta de escuela pública ilusionante, personal, comunitaria y propia, de tod@s y para tod@s.